El libro para el niño que juega
Justamente él, ese
"niño-que-juega" es finalmente el verdadero vencedor, porque los
libros nacidos para el "niño-alumno" no permanecen, no resisten el
paso del tiempo, las transformaciones sociales, las modificaciones de la moral
ni tan siquiera a las conquistas sucesivas de la pedagogía y de la psicología
infantil. Los libros nacidos de la imaginación y para la imaginación, sin
embargo, permanecen, y, a veces, hasta incluso se hacen más grandes con el
tiempo. Se tornan en "clásicos".
El niño, durante su crecimiento,
atraviesa una fase en la que los objetos le sirven sobre todo como símbolos. Es
la fase en la que se instituyen las funciones simbólicas del lenguaje y del
juego para convertirse en componentes de la personalidad. A esta fase, a tales
funciones, es a lo que se liga el trabajo del escritor para niños.
Sustancialmente construye objetos para el juego; es decir, juguetes; hechos de palabras,
de imágenes, también de madera y plástico, pero son juguetes. Tienen la
eternidad de la pelota y de la muñeca. He citado esos dos juguetes, tan
antiguos y aún hoy tan extendidos, aunque sé muy bien que se han prestado y se
prestan a manipulaciones que van más allá del juego. La pelota se ha convertido
en pelota "de fútbol" y a su alrededor ha nacido un mundo de
pasiones, de intereses (incluso sucios), de corrupción y de masificación. Pero
no es culpa de la pelota, como tampoco es culpa del uranio si con él se
construyen bombas atómicas. La muñeca ha servido y sirve aún para la
preparación de las niñas, es decir, de las mujeres, para los roles subalternos:
madres, esposa, criatura inferior. Pero no es culpa de la muñeca en sí misma,
que tiene, por el contrario, sus parientes más próximos en el mundo de los
títeres, de los polichinelas, de los muñecos, objetos que sirven a los niños
para representar y conocerse a sí mismos, sus conflictos, sus relaciones en el
mundo.
Definir el libro como "un
juguete" no significa en absoluto faltarle el respeto, sino sacarlo de la
biblioteca para lanzarlo en medio de la vida, para que sea un objeto de vida,
un instrumento de vida. Ni tan sólo significa fijarle unos límites. El mundo de
los juguetes no tiene límites, en él se refleja y se interfiere el mundo entero
de los adultos, con su realidad cambiante. Hasta figuran los tanques, por
desgracia...
Mucho se ha escrito sobre la
importancia del juego en la formación humana. Pero quizás no creemos en aquello
que escribimos y decimos, porque en la realidad cotidiana el juego y los
juguetes aún son considerados como parte de lo que es superfluo y no como
elementos de lo que es necesario: así se comportan, en la práctica, arquitectos
y urbanistas, pero también la escuela, en la que para el juego existe la
"hora de recreo", bien diferente de la hora de "clase", es
decir de las "cosas serias". Es una equivocación. En la escuela
tendría que haber una "ludoteca", como existe una biblioteca. El
juego es tan importante como la historia o la matemática (las matemáticas
juegan con los números; basta dar una ojeada a las revistas de matemáticas para
descubrir los juegos que se inventan para la calculadora electrónica...).
Recuperado de : “ N 125- Lecturas , 31 de
marzo de 2004” http://www.imaginaria.com.ar/12/5/rodari2.htm
Espacios de lectura para la primera infancia
Dado
el crecimiento de la necesidad de incentivar la literatura infantil, se ha
tenido que crear espacios donde trabajar, organizar y prestar el servicio de
salas de lectura. Esta necesidad recoge el sentir de los padres de familia, de
los maestros, psicopedagógicos y bibliotecarios con el fin de preparar al niño
hacia su desarrollo y desafíos hacia el futuro. En este punto es factible
mencionar que desde diferentes posturas se ha llegado a la conclusión que es
conveniente aproximar y sensibilizar al niño y la niña hacia la lectura desde
temprana edad, pues así se podrá construir un vínculo afectivo entre la lectura
y los momentos vitales de cada uno de ellos desde sus primeros años. De esta
idea se desprende el hecho que cuando el infante está todavía en el vientre de
la madre, es posible comenzar a jugar con las palabras y leer historias; en ese
momento los vocablos son estímulos sonoros que atraviesan por los afectos y van
acercando al niño al mundo (Gómez y Parra, 2006). De 3 este modo es posible
afirmar que la palabra trasmite emociones y es capaz de provocar respuestas de
parte el niño en su espacio intrauterino, al tiempo que lo acercan a la
realidad que lo circundará una vez vea la luz del mundo exterior, generando así
espacios de lectura compartida aun desde la etapa de gestación. Las salas
infantiles de lectura son un espacio que se puede definir, como aquel dedicado
a la lectura para niños y la literatura infantil. Estos lugares se encargan de
brindarle a los niños un espacio donde reciban afecto, se les haga sentir como
personas, se les brinde la oportunidad de recrearse, crear, expresarse
culturalmente tanto en el campo artísticos como en el literario. Por esto las salas
infantiles de lectura deben ser para el niño un centro cultural, recreativo y
de preparación para disfrutar la lectura. (Hurtado1986) Estas salas son
importantes porque en ellas el niño puede manifestar toda su creatividad, su
curiosidad intelectual, participar en actividades que generen su espíritu
constructivo, y que sean enriquecedoras, (Hurtado, 1986) con un buen programa
de recreación y promoción de la lectura, encuentra los medios necesarios para
satisfacer su curiosidad intelectual, y le ayuda en el recorrido de su
educación formal.
Recuperado
de: “ Institutos de estudios en
educación –IESE” Insthttps://guayacan.uninorte.edu.co/divisiones/iese/lumen/ediciones/12/articulos/espacios-de-lectura-para-la-primera-infancia.pdf
Mediadores de literatura
formales y no formales
Los primeros vínculos con la literatura no
solo están en los orígenes de muchas vocaciones literarias; están también de
una manera u otra en el origen de nuestras propias vivencias de la infancia.
Quienes narran, cantan o leen en los ámbitos familiares son, a nuestro
entender, los primeros mediadores de literatura. El concepto es relativamente
actual y alude al rol de aquellas personas que ejercen o gestionan el liderazgo
a favor del gusto lector. Puede asimilarse al concepto de promoción de la
lectura, pero identificamos con mayor acierto su referencia no a cualquier tipo
de lectura sino específicamente a la lectura portadora de la dimensión poética
del lenguaje. Si bien en la actualidad reviste cada vez mayor importancia en
consideraciones teóricas y educativas, quizás su origen debemos ir a buscarlo
en el inicio mismo de la literatura infantil: la narración oral. La mediación
de literatura que podríamos llamar no formal, y que centraremos más
directamente en su relación con el libro, es la que se produce de forma natural
en los ámbitos familiar y familiar ampliado (en el que se incluye amigos,
parientes, etc.). Se realiza a través de libros que se regalan para los
cumpleaños o en otras circunstancias y en muchos casos no tienen otra intención
que la de ser portadores de una muestra de afecto o de consustanciación con un
interés infantil del cual el adulto es conocedor. Es innegable la importancia
que tienen estos aportes porque el acceso al libro está íntimamente ligado a un
vínculo afectivo. Hay una valoración del mismo por parte del niño o niña que lo
recibe que trasciende lo literario, o dicho de otra manera, que está antes que
el posible valor literario que pueda descubrir a posteriori. Ese encantamiento
protolector y ese contacto 35 Lía Schenck L a Literatura en La primera infancia
afectivo-literario en los espacios cotidianos y familiares alimenta y nutre los
primeros vínculos con el libro.
Recuperado
de: “Arte, educación y primer infancia:
Sentidos y experiencias. file:///D:/Datos%20Importantes/Downloads/LibroMetasInfantil.pdf
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